Las fochas, según cuenta la leyenda, expulsaban sus enemigos
lanzándoles espuma a la cara; y la historia no está lejas de la
realidad. Si un aguilucho o alguna otra rapaz pica sobre un bando,
éstas chapotearán furiosamente hacia el carrizal más cercano
levantando una nube de espuma mientras se sumergen rápidamente
para ponerse a salvo.
Santander.